Al otro lado de la luna

Al otro lado de la luna

martes, 10 de enero de 2012

Capitulo 10 "La decisión más dificil"

—Julian, yo no puedo dejar a un lado mi vida, la universidad, mi familia, mis padres… —dije con lagrimas en los ojos—Tengo planes, no puedo dejarlos a un lado…
Los dos nos quedamos en silencio. El agachó la cabeza y yo sabía que él estaba entendiendo absolutamente todo lo que yo había dicho, pero trataba de buscar una solución, una posible opción para ayudarnos a ambos, sin embargo, al no encontrarla tuvo que optar por la más descabellada de todas.
—Me quedaré en México.
—¿Qué estás diciendo? Por supuesto que no Julian, ¡No puedes hacer eso! Te ha costado mucho llegar hasta donde haz llegado, y, sinceramente, no creo que eso sea lo que en verdad quieres…
—Camille…
—Aceptalo, a veces no es suficiente el amor, a veces las circunstancias pueden sobre él y no queda más por hacer. Tú tienes una vida hecha allá y yo… yo también la seguiré aquí.
—Tienes razón Camille… perdoname por todo. Sé feliz… mereces serlo.
—Gracias, tu también.
Salió por la ventana y no pude más que observar como se iba y que bajara bien. Se fue y no quedó rastro de él, quizá porque así tenía que ser, hay cosas sin razón para las cuales la vida tiene una perfecta excusa, aunque esta sea muy dolorosa.
………………………………………………………………………………………………..
Al salir de la casa de Camille me dirigí directamente hacia mi casa, caminando. No sentí el cansancio, solamente tenía ganas de irme en ese instante de regreso a Suiza y olvidarme de todo. Ahora solamente esperaba unas horas más y regresaba al que ahora era mi lugar, en donde había empezado de nuevo mi vida.
Al otro día por la mañana comenzé a empacar mis maletas, a las 7 de la noche salía mi vuelo de regreso. Esta vez tenía que sacar todo, absolutamente todo de mi cuarto porque ya no iba a regresar, era la última vez que pisaba aquel suelo y, aunque me dolía, quizá era lo mejor para todos.
Estaba terminando de guardar casi todo cuando llegué al cajón donde guardaba las cosas que tenía de Camille, saqué la fotografía que estaba en el portaretratos, en donde ella me estaba abrazando y los dos sonreiamos felices. Quise guardar ese momento para siempre, pero solo en mi memoria, así que decidí guardarlo todo en una caja y enviarselo a ella para que pudiera guardarlo, o hacer algo mejor con ello, incluida una carta que decidí mandarle por última vez.
—Mamá, ¿Podrías llevarle esto a Camille un día de estos?
—Si, claro, ¿qué es?
—Cosas de ella, nada más. Tiene un sobre adentro, pidele por favor que lo lea, ¿si?
—Por supuesto…—suspiró—Hijo, ¿Estás seguro de que en verdad quieres regresar a Suiza?
—Si, estoy seguro mamá. Ahora estaré con ustedes cuando se vayan para allá, así que ya no tendré más motivos para quedarme aquí. Hasta mi abuelo estará mejor allá.
—Puede ser, ahora él está mejor y podemos trasladarlo para allá… pero, ¿No extrañarás todo esto? Es decir, aquí naciste y creciste, y fuiste feliz....
—Si mamá pero eso es parte del pasado,ahora quiero iniciar una nueva vida lejos de esto, y de todo… por favor, ya no me incistas más…
—Está bien, solo quiero que estés absolutamente seguro Julian.
Aquella plática concluyó, sin imaginar que Jane había escuchado todo. A pesar de todo ella me conocía perfectamente bien y sabía que algo no andaba bien. Sabía la verdad sobre mis sentimientos por Camille. Así que en cuánto salimos mi mamá y yo de la recamara, ella tomó la caja que yo había dejado y salió corriendo con ella. Le llamó a Eduardo para pedirle la dirección de Camille y se dirigió a su casa.
………………………………………………………………………………………………..
La tarde del sabado me quedé dormida hasta el medio día, aún estaba en pijama y no tenía propositos de arreglarme en lo absoluto. Solo quería que pasara ese día y continuar todo cómo siempre, pero una visita lo impidió.
—¿Qué haces aquí? —pregunté extrañada, viendo que jane tenía una caja en su manos.
—Vine a traerte unas cosas que Julian no quiere llevarse consigo. Como sabes él ya no regresará y se llevará todo, menos esto, y quise traertelo. No sé que sea, pero tal vez ya no signifique tanto para él, por eso no quiere conservarlo. —Extendió la caja para dármela.
—Dejala ahí por favor—señalé el sillón— No sé para qué te mandó a ti, pero, ¿sabes? No creo que te haya mandado, así que no te hubieras molestado. —dije enojada.
—No te molestes Camille… vamos a ser claras, ¿quieres?
—Claro.
—Julian te sigue queriendo, y sé que tú a él también… pero yo no estoy dispuesta a renunciar a alguien a quién amo profundamente. Sé que me he ganado el cariño de Julian en todo este tiempo, pero también sé que tú eres y serás la persona más importante en su vida. No te olvida, ¿sabes por qué? Porque siempre va a amarte a ti…
Me quedé excesivamente sorprendida por lo que Jane me estaba diciendo. Nunca había visto a una chica tan segura de sí misma. Jane era hermosa, eso era cierto, pero también era demasiado inteligente y sobre todo, muy valiente. Jamás pensaría que alguien de su tipo podría admitir que el hombre que ella quiere, no la ama…
—Pero también estoy segura de una cosa. —continuó—Yo lo amo a él y mientras él me permita estar a su lado, no me alejaré. Lucharé por Julian hasta que no haya oportunidad alguna de ganarme su cariño, hasta que él decida alejarme de su vida. No el tiempo, ni la distancia, porque eso no separa, al contrario, hace más fuerte lo que en realidad es sincero, y yo lucharé por ello, porque prefiero haberlo intentado, antes de renunciar tan fácil a él…
Jane se dio la media vuelta y se dirigió a la salida. Me dejó sin palabras y al poco tiempo comprendí lo que había querido decirme con todo eso. Me dijo cobarde, porque yo lo dejé ir tan fácilmente, porque ella haría lo que yo no hice… fue extraño que ella fuese precisamente la que me diera esa lección, pero ante toda aquella sorpresiva catedra, decidí abrir la caja que me había traido, y tristemente vi todo lo que yo en su momento, le regalé a Julian. Cartas, dibujos, fotos, accesorios, todo… todo estaba ahí. Dos años de mi vida estaban ahí, hasta que llegué al fondo y encontré un sobre azul perfectamente cerrado, el cuál en la parte superior decía “Camille” entonces supe que aquello si iba dirigido de él hacía mí.
“Camille:
Cuando leas esto yo ya estaré lejos de aquí, lejos de ti. Quisiera que hubiese sabido lo mucho que te amé, pero eso es casi imposible. Lo único que me resta decirte es que te agradezco todo lo que me diste, porque, aunque no lo creas, me diste el tesoro más grande que el ser humano puede conocer, el amor. Lo conocí gracias a ti y por ello mismo siempre te quedarás en mi mente, por eso siempre serás mi chica especial. Y, ¿Sabes? Algún día les contaré a mis hijos sobre ti y les diré que hubo alguien que me sacó del hoyo en donde estaba, alguien que me enseñó que si buscas dentro de la oscuridad, puedes encontrar una hermosa luz que te guiará a lo largo de todo. Desde donde esté siempre desearé lo mejor para ti, desearé que seas feliz y recuerda que siempre tendrás en mí alguien para escucharte, para reir, para llorar, para todo Camille… Nunca cambies, eres la persona más increible que he conocido.
Hasta siempre.
                                                                                                                         Julian”

No sé si Julian me odió tanto como para hacerme eso justamente ese día. Jamás algo me había dolido tanto como leer esa despedida. No podía soportarlo, sentía que mi corazón estaba rompiendose pedazo, por pedazo y yo no podía hacer nada.
Sentí una impotencia que jamás había sentido, pero esa vez decidí no pensar tanto las cosas y comprender las señales que estaban a mi alrededor. No lo pensé más y me cambié de ropa, intenté arreglarme lo más que pude, pedí un taxi y salí directamente hacia la casa de Julian, rogandole a Dios que pudiese encontrarlo ahí.
Llegué y toqué fuertemente el timbre y salió la señora que limpiaba la casa y le pregunté angustiosamente por ellos. Pero ella me dijo que habían salido a comer y después se dirigirían a el aeropuerto, me dijo que el vuelo salía a las 7 de la noche, así que solamente me restaba una hora para poder llegar.
Abordé el taxi nuevamente y le pedí me llevara allá, pero había demasiado trafico y tardamos más de lo que yo pensé. Me fui corriendo hacía la sala de la aerolinea que viajaba hacía Suiza y busqué por todos lados pero no encontraba ni a sus papás ni a él, hasta que sentí que una mano tocaba mi hombro.
—Camille, ¿Qué haces aquí? ¿Pasó algo? —pregunto la mamá de Julian asustada.
—No, señora, no pasó nada… solamente, quería encontrar a Julian antes de que se fuera, pero creo que es demasiado tarde…
—No, está formado en la fila para abordar, aún faltan, todavía puedes alcanzarlo.
Sin pensarlo dos veces corrí hasta allá. Estaba formado detrás de Jane, y se mostraba melancolico, hasta que me escuchó mis pasos y volteó a verme, sorprendido tratando de entender que hacía ahí.
—Camille, ¿Qué haces aquí? Estoy a punto de subir al avión—Salió de la fila mientras Jane se quedó parada, haciendo de cuenta que no pasaba nada, pero moviendo nerviosamente sus manos.
—Julian, no te vayas, por favor, quedáte conmigo… No puedo dejarte ir…




Continuará...

5 comentarios:

  1. *-*


    Aaaaaaa, me encantó !


    GENIA, espero con ansias el proximo cap. :D

    ResponderEliminar
  2. AHHHHHHHH DIOS SANTO!!!!!! llorooo!!! qe no se valla!!! julian quedateeeeee!!!! porfavor jajajaja awww estoy tan picada!!! *O*

    ResponderEliminar
  3. oooooooowwwwwwwwww

    Boniitoo ;O
    que chava casi le dice si lo qieres ve por el
    ^^

    ResponderEliminar
  4. subaa el proximoo D: no puedo esperar!!! n_n

    ResponderEliminar
  5. EL OTRO CAPITULO RAPIDO POR FAAA!!!!!!!! ^.^!!

    ResponderEliminar