Al otro lado de la luna

Al otro lado de la luna

sábado, 11 de febrero de 2012

Capitulo 13 "El último adiós" FINAL


Entraron algunos médicos a la habitación y me sacaron de allí. Sentí terror y una angustia enorme. Nunca había sentido tanto miedo y tristeza antes. Lloré como un chiquillo que estaba perdiendo su más grande tesoro, su único amor. Me recargué en la pared y comencé a golpearla con mis puños cerrados, jamás algo me había dolido tanto como en ese momento la muerte de Camille lo estaba haciendo.
De pronto sentí una mano sobre mi hombro, volteé y con sorpresa vi de quién se trataba.
—Lida, ¿Qué estás haciendo aquí?
—Vine a ver qué estaba pasando. Tu mamá me dijo que estabas aquí con una amiga de México y quise venir a ver si todo estaba bien.
— ¿Trajiste al bebé?
—No, se quedó con mi mamá en casa.
Nos miramos a los ojos y ella pudo percibir mi angustia y mis las lagrimas sobre mi rostro. No pude contenerme y nos abrazamos, me consoló con todo su cariño, cómo nunca la había visto. Seguí llorando, en sus brazos encontré un poco de alivio, pero seguí llorando durante mucho tiempo más.
Después de un rato nos dirigimos hacia donde estaban mis papás y les di la terrible noticia, mi mamá comenzó a llorar y mi padre estaba muy desconcertado.
—Hijo, tienes que avisarle a sus papás.
—No sé cómo papá… ¡no puedo! ¿Qué les puedo decir? ¿Qué por culpa mía Camille murió?
—No, no fue tu culpa hijo, todo fue un accidente…
De pronto vimos que el doctor se acercaba a nosotros. Yo quería salir corriendo, quería evitar a toda costa que me confirmara todo, prefería pensar que todo había sido un sueño y nada más.
— ¿Ustedes son los familiares de Camille Duran?
—Sí, somos nosotros. —respondió mi papá, el cual estaba más tranquilo que nosotros.
—Logramos salvarle la vida, pero desgraciadamente sigue en coma, no sabemos por cuánto tiempo esté así.
Volteé a ver al doctor incrédulamente. Me acerqué de nuevo a él y le pedí que me repitiera lo que había dicho, y así era, Camille no murió, tuvo un paro respiratorio pero los doctores habían podido revivirla. Di gracias por tal noticia. Sentí un enorme alivio, sentí que me había regresado el alma al cuerpo y corrí a verla de nuevo. La tomé de la mano de nuevo y comencé a hablarle.
—Me diste un gran susto ¿Sabías? Pensé que te perdería para siempre, pensé que jamás volvería a ver tu sonrisa, tus ojos… nunca vuelvas a asustarme así ¿quieres? Porque a pesar de que ya no estemos juntos, siempre te voy a amar a ti y solamente a ti.
Pasaron los días y Camille fue mejorando poco a poco hasta que pudo despertar. Yo no estaba con ella cuando eso sucedió pero en cuanto llegué al hospital el doctor me avisó y corrí a comprar un ramo de flores para llegar con ellas. Al entrar la encontré con aspecto desmejorado como era de esperarse, pero pudo sonreír al verme entrar.
—Gracias Julian, están hermosas.
—Casi como tú, pero no, nada comparado contigo y tú sonrisa.
—Y sobre todo ahora, ¿No? —Rió—He de verme fatal después de todo lo que me ha sucedido.
—El doctor me dijo que en pocos días vas a poder salir, y entonces te tendré el tour más completo que jamás hayas tenido, y en una de las ciudades más hermosas del mundo. ¿Qué te parece?
—Muy bien pero, creo que eso no podrá ser posible Julian. —respondió con voz débil.
—¿Por qué?
—Porque tengo que regresar a México. Mis padres no saben lo que me sucedió ¿verdad?
—No, no lo saben. Los he tratado de localizar pero no he podido.
—Cambiamos de domicilio, quizá por eso… pero tengo que regresar pronto, sino se preocuparán mucho.
—Entonces… ¿si te irás? —suspiré.
—Si Julian, ya no tengo nada más que hacer aquí.
La miré con tristeza pero supe que finalmente ella tenía razón.
Rápidamente Camille salió del hospital días después. Se instaló en casa de mis padres para pasar allí la última noche en Suiza e irse a México al día siguiente.
Yo regresé a mi casa, no quería estar con Camille los últimos momentos, solo regresaría al otro día por la tarde para llevarla al aeropuerto, al despedirme de ella esa tarde ella me dio una fotografía. Llegué a casa y saqué la fotografía de mi bolsillo, era la fotografía de cuando éramos adolescentes y los novios más felices del mundo, mientras la veía dije en voz alta algo, sin pensar que alguien me escuchaba detrás de mí.
—No sabes cuánto te amo Camille…
—Y ¿Siempre ha sido así?
Me quedé frio. Nunca escuché cuando Lida entró a la habitación. Volteé a verla y ella me miraba con tristeza, pero no tuve más que ser sincero con ella.
—Lida, ella siempre ha sido y será el amor de mi vida. Nos conocimos desde muy jóvenes y desde ese entonces estoy enamorado de ella, pero la vida nos ha separado por distintas razones, ya ahora estoy contigo y el bebé.
—Escuché todo lo que le dijiste hace un rato, y créeme, esas palabra son de alguien que pretende dejar ir a una persona, y mucho más si la amas de esa forma.
—Pero yo amo a mi hijo…
—Lo sé, y sé que por él precisamente es que lo estás pensando tanto, pero… tu siempre vas a poder estar con tu hijo, siempre, el tiempo que tú quieras…
—¿Me perdonarás por eso?
—Te quiero Julian, pero también te entiendo y yo no soy nadie para hacerte el hombre más infeliz del mundo. Un día yo tuve que dejar ir al amor de mi vida y nunca fui tras él, pero tu aún puedes luchar por ese amor, por eso sé que tu lugar está con ella y nuestro hijo, él siempre nos mantendrá unidos, pero ahora de una forma distinta que él cuando esté grande, entenderá.
Nos abrazamos de nuevo. Nunca había conocido a una mujer con ese gran corazón, con esa valentía y esa fuerza para poder hacer lo que hizo, y sobre todo con esa capacidad de entrega y de amar, jamás tuve algo con qué agradecerle eso que había hecho por mí.






Al otro día salí muy temprano a casa de mis padres en donde Camille estaría esperándome para irnos al aeropuerto. Llegué y pregunte por ella, aún estaba preparando sus maletas en la que había sido mi recamara. Entré y estaba a penas cerrando una de las tres maletas que llevaba.
— ¿Ya estás lista Camille? —pregunté nervioso.
—Ya, solo me faltan algunas cosas… pero ya está casi todo. —dijo con una sonrisa.
Me senté sobre la cama en la que ella estaba metiendo sus cosas en la maleta. Después de unos minutos me atreví a decir las primeras palabras.
—Camille, ¿Estás segura de que quieres irte?
—Julian, mi vida está en México. No puedo quedarme, además tú ya tienes tu vida hecha y yo estoy sobrando aquí.
—Eso no es cierto, ¡yo te amo a ti! Y estoy dispuesto a luchar por ti hasta el último instante. Camille, es la tercera oportunidad que nos da la vida, no la desaprovechemos por favor.
—Tú ahora tienes un hijo con el que debes estar. Ya no se trata solamente de ti y de mí, ahora está él y tú no lo puedes abandonar, así como yo no puedo abandonar todo lo que tengo allá.
—Yo siempre estaré con él, pero esta vez lo único que sé es que no puedo ni debo dejarte ir…
—Julian, me costó mucho comprenderlo, pero tenías razón. Hay parejas que por mucho que se amen, simplemente no deben estar juntos. —dijo mientras terminaba de cerrar la última maleta.
—¿Es tu última palabra?
—Si Julian, es así.
—Está bien… Te ayudo a subir las cosas al auto.
Con todo el dolor del mundo lo hice. Subí sus cosas al auto mientras ella se despedía y agradecía a mis padres por todo. Subió al auto y nos dirigimos hacia el aeropuerto, nuestro último destino juntos.
………………………………………………………………………………………………
Mientras íbamos camino al aeropuerto yo iba observando aquella hermosa ciudad, estaba más nerviosa que nunca, como si estuviese tomando la decisión más difícil de mi vida, pero no tenía otra opción, tenía que ser así por el bien de los dos, y ahora también del pequeño hijo de Julian, así que traté de tranquilizarme para no desistir.
Bajamos hacia la sala de espera y nos dirigimos hacia la salida para abordar el avión. Julian ya había dejado mis cosas y llegó la hora de despedirnos.
—Julian, estoy muy feliz de que ahora estés haciendo tu vida tal y cómo algún día la pensaste. Eso me hace muy feliz porque sé que todo valió la pena. —acaricié su rostro—Nunca te voy a olvidar, siempre recordaré aquellos días felices que tuvimos juntos, con esa felicidad incomparable, y esas ilusiones que solo tu creaste en mí… ojalá la vida nos vuelva a reunir otra vez o quizá en nuestra próxima vida…— reí con una lagrima en los ojos —Las cosas sean diferentes y tal vez así y solo así podamos estar juntos de nuevo. ¿Me prometes que tú tampoco me olvidarás?
Se quedó pensativo unos segundos, me sonrió y me limpió la lágrima que tenía sobre mi rostro.
—Nunca Camille, siempre estaré contigo, pase lo que pase, te lo juro…
—Gracias. Tengo que irme Julian… hasta siempre.
—Hasta siempre Camille…
Traté de sonreí y me dirigí a la salida. A punto de salir a la pista le hice una señal para decirle adiós.

…………………………………………………………………………………………........
Reunidos en la sala estábamos los 5 sentados sobre la alfombra frente a la chimenea. Papá terminó de leer la historia y mamá lloraba tiernamente. Y yo también estaba a punto de hacerlo. Nunca había visto a mis hermanos tan conmovidos.
—Y bien, pues… después de esa despedida regresé a mi casa, preparé todo para regresar a México y al siguiente día toqué la puerta de la casa de su mamá, y desde ese día hasta hoy, jamás nos hemos vuelto a separar ni lo volveremos a hacer nunca. —Dijo papá con voz tierna.
—Ustedes ahora ya son unos jovencitos y creímos que este era un día especial para poderles contar toda la historia de cómo un amor puede llegar a triunfar a pesar de todo. Habrá muchas personas que les puedan decir que el amor no existe, que el amor jamás podría superar a la distancia, pero yo puedo prometerles que cuando hay amor real, todo en esta vida se puede. Lo que quise decirles con esto es que, siempre luchen por lo que en verdad aman, todo en esta vida se puede lograr si se lucha por y con amor.
Abracé a mis papás. Jamás sentí tanta admiración por ellos. El amor no había llegado a mí aún pero ahora más que nunca estaba segura de que el día menos esperado llegaría, sin buscarlo, sin forzar, llegaría esa persona por la que tuviera deseos de luchar toda mi vida. El amor existe, nunca dudes de ello.
“A pesar de las terribles cosas en el mundo, siempre habrá un sentimiento que prevalecerá por encima de todo: EL AMOR.
Por eso nunca dejes de amar, ya sea a la naturaleza, a los animales, a tus padres, a tus amigos y sobre todo, a ti mismo, porque siempre, por más duras que sean las decepciones que algunas personas que no saben amar te causen, el amor existe. Para comprobarlo solo debes mirar el cielo, el mar, y todo lo maravilloso de la vida, porque ahí, hay amor. “


FIN

7 comentarios:

  1. WOW quede super inpresionada, como lo dijiste un final imprevisto, increible hasta llore me encanto esta nove, espero que sigas escribiendo muchos exitos y felizitaziones =D

    ResponderEliminar
  2. Oh por Dios... woooooow... si que has logrado escribir una excelentísima novela! *-* me emocioné muchísimo!.. Iezz de verdad que te pasaste!... sentí como si hasta yo misma fuera Camille... El amor es una de las cosas que mueven al mundo... e historias como estas existen en este planeta... pero que mas me gustaría a mi poder vivir una asi... (: y con tu novela me diste esa oportunidad... Gracias Iezz, porque a pesar de todas las esperas... Todo valió la pena (:

    ResponderEliminar
  3. *-* ¡¡que bonito final!! m gusto mucho iezz, escrbiras otra?

    ResponderEliminar
  4. Final?¿ creo que llege demasiado tarde, espero sigas escrbiendo pasas a mi blog? n.n

    ResponderEliminar
  5. Una gran trama, menuda pieza literaria has creado, los sentimientos que se expresan son tan intensos, obviamente se necesita tener la sensibilidad muy desarrollada para ello, felicidades y sigue trabajando, mejorando tus habilidades, y que todos tus proyectos los acabes igual de bien. Saludos.

    ResponderEliminar
  6. Hola Iezz, es la segunda vez que leo una historia tuya, la primera fué Monitor y creeme que aunque me emociona leer es raro que yo llore así como lloré con esta historia, puedo decirte que realmente cautivas los sentimientos y los transmites a las personas, ojalá todos los finales puedan ser así: el príncipe con su princesa. Y que importa la edad que tengamos no? lo que importa es saber que amamos a ese alguien, a ese ser tan único y especial que nos hace vibrar, que nos mueve el corazón y en fin que es nuestro todo. Mucha suerte en tu desempeño como escritora que creo que no lo necesitas y pues felicidades por que pocas personas escriben como tu lo haces, sigue expresando estos sentimientos como lo haces y gracias por compartir con nosotros tus palabras. La mejor de las suertes en tu vida y ojalá tengas o llegue tu príncipe. Felicidades! (:

    ResponderEliminar
  7. Vaya aún después de tiempo de que la publicaste, la alcanze a leer.
    Definitivamente me encanto, hizo que mi piel se pusiera chinita, gracias por eso.
    Espero poder algún día volver a leer monitor.
    Felicidades por lo que plasmas.

    ResponderEliminar