Al otro lado de la luna

Al otro lado de la luna

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Capitulo 5 "Así comenzó todo"

Era un día de Noviembre, un Noviembre con aire frio y sol brillante como comúnmente lo era, un mes en el que mi vida había estado vacía hacía a algún tiempo. Yo tenía 17 años y si, tuve algunas novias anteriormente, pero ninguna de la que me hubiera enamorado realmente. Yo era el capitán del equipo de futbol de la preparatoria y aunque tenía bastantes fans a mí alrededor, nunca me detuve a ponerle atención a alguna de ellas. 
Para todos en la escuela yo era el típico engreído mujeriego, y podría haberlo sido porque yo no creía en el amor, ni en la fidelidad, el noviazgo o cualquier otro motivo “cursi” que pudiese mencionarse, para mí la vida era juego y salir con mis amigos comprarme cosas nunca pensé que alguien fuera lo suficientemente importante como para alejarme de todas aquellas cosas a las que yo consideraba lo más importante en mi vida.
En mi colegio había niñas a las que yo jamás había volteado a ver en toda mi vida, no eran lo suficientemente bonitas (Según yo) como para captar mi atención. Hasta que un día la profesora de español nos puso a escribir una historia para un concurso, pero esta tenía que ser en parejas de chicos de tercero y chicas de primer año, y  lo peor de todo era que teníamos que escribir una historia de amor. La idea me pareció estúpida, sin embargo la maestra procedió a acomodarnos según el número de lista que tuviéramos y fue ahí en donde coincidí con Camille.
Cuando la vi por primera vez me pareció tan infantil. Aparentaba más edad pero al hablar demostraba no ser muy madura, cosa que me hizo dudar de su edad.
—Camila… —dije dudosamente—Si te llamas Camila, ¿cierto?
—Sin la “A” del final, solamente Camille. —respondió sonrojada.
—Ah… bueno, ¿Vas en primero?
—Sí, ¿Por qué?
—Te vez un poco más grande. —dije de la misma forma directa con la que hablaba siempre.
—Uhm… no, tengo 15 años.
Camille casi no hablaba a menos que yo le preguntara algo, y si la observaba con atención por curiosidad o porque de pronto no entendía lo que decía debido a que hablaba o muy rápido o con volumen bajo, no le gustaba que la observara fijamente, volteaba hacia otro lado o aparentaba hacer otra cosa. Hasta que llegó la hora de dejar la presentación y ponernos a escribir la historia de amor… literalmente.
— ¿Qué te parece si la hacemos de una princesa y un príncipe que no pueden verse porque están lejos separados por un  muro que divide sus reinos y solamente se mandan cartas de un lado a otro? —dijo emocionada.
Solté la carcajada. ¡Era simplemente estúpido! En ese momento deseé que hubiera regresado al jardín de niños para que madurara, sin embargo reaccioné ante la cara de enojo de ella, y traté de tranquilizarme y arreglar la situación.
—Perdón… —tosí e intenté ponerme serio. — ¿No te parece algo… boba la historia? Es decir, actualmente esas historias de princesas esperando a que sus príncipes las rescaten pues… ya no es para nada atractivo, hagamos algo más real, ¿no te parece?
—Pues entonces escribe algo tú, solo te ríes de lo que propongo pero tú no aportas nada… —dijo molesta.
—Mira, que te parece si escribimos una historia donde él tipo sea un súper modelo millonario, encuentra a una hermosa rubia con las medidas perfectas, se casan y son felices para siempre, ¿Te gusta?
—Solamente si esa rubia no es una superficial, porque si es así no vivirán felices para siempre, ella lo cambiará por otro tipo más joven y con más dinero y el se quedará solo y viejo y sin dinero…
— ¿Por qué ese final tan feo? —reí.
—Porque hay cosas que valen más la pena que eso. Si esta va a ser una historia de amor entonces no debe aparecer ahí ni el dinero ni el físico, el amor es algo para siempre y esas banalidades tarde o temprano se terminan, y eso no es amor.
Me la quedé viendo como si frente a mí hubiese estado la persona más extraña de toda la tierra. “Que ñoña” pensé. No sabía si reírme o darle un té o llevarla a la enfermería por decir tanta tontería,  lo peor es que lo decía en serio.
— ¿Hablas en serio? —le pregunté extrañado.
—Sí, ¿No me crees?
—Si… y eso es lo peor. Mira, ya, ni tú ni yo. Que nuestra historia se trate de un chico millonario que se enamora de una chica millonaria y después el se vuelve pobre, ella lo deja por otro y él encuentra a una chica sencilla que le da todo su amor. ¿Qué tal?
—Muy telenovelesco, no me gusta. Mejor el chico millonario se vuelve pobre entonces tiene que viajar a otro país y solo se comunica por carta con la otra chica y su amor resiste hasta que él regresa.
—Bueno… al menos no es tan cursi. Hagámoslo así y ya veremos que se nos va ocurriendo en el camino.
Y después de mucho tiempo de estar discutiendo con Camille  al fin llegamos a una conclusión y nos pusimos a trabajar en ella. Conforme iban pasando los días yo me fui dando cuenta de que ella no era una chica como las que estaba acostumbrado a tratar. Era tierna, muy risueña, noble, sencilla, carismática, amigable, honesta, un poco cursi, muy romántica demasiado creativa, quizá un poco caprichosa y enojona, pero había algo que me llamaba sobre todo la atención… creía en el amor, en el amor utópico, ese que todo lo vence y todo lo logra, y no era cuestión de cursilería o porque fuese fantasiosa, era que REALMENTE ella creía en él… cosa que jamás había visto en una chica.
A pesar de todas las cualidades que veía en ella, no era mi tipo. A mí me gustaban  las chicas populares, a quien pudiese lucir como trofeos por toda mi escuela y por todos lados, chicas a las que les gustara la fiesta, entre muchas cosas más. No como Camille, que a pesar de no ser nerd ni nada por el estilo, no era tan popular como a mí me gustaría que hubiese sido.
Llegó el día del concurso y mientras los jueces leían cada una de las historias, las parejas teníamos que permanecer juntos para esperar el dictamen, así que por primera vez me quedé con ella para platicar de algo que no fuera el trabajo.
— ¿No te gusta salir? —pregunté.
—Sí, obviamente, salgo todos los viernes en la tarde con mis amigas, vamos al cine o a alguna parte.
— ¿No te vas de antro?
—No me dejan entrar, y no me gusta mucho… prefiero ir de compras o algo así.
—Vaya… tú si eres una niña bien portada…
—Por supuesto— sonrió.
—Te gustaría…
—Chicos, vamos a dar a conocer los resultados —interrumpió la directora del colegio, afortunadamente, ya que la invitación que le haría me comprometía a que los demás me vieran con una chica no tan popular, así que tuve la oportunidad de arrepentirme.
— ¿Qué? —preguntó intrigada.
—Que ganemos… vamos a dentro, debemos estar atentos.
Entramos al auditorio de la preparatoria y nos sentamos casi hasta enfrente mientras escuchábamos atentos los resultados del concurso. Pasaron el tercer y segundo lugar, y cuando dijeron el primer lugar nosotros no lo podíamos creer, nos abrazamos y corrimos por nuestro reconocimiento. A decir verdad, me emocionaba mucho que todos me pudieran observar ganando un primer lugar, como en todo hasta ese momento… pero me alegraba también el haber hecho un buen trabajo en equipo. Salimos de ahí y los dos salimos solos así que me ofrecí a llevarla a su casa, pero antes pasáramos a comer a alguna parte.
— ¿Tú me estás invitando a comer a mí? —respondió irónicamente.
—Sí, yo… ¿Qué tiene?
—Nada… solamente que jamás te imaginaría saliendo con una boba como yo…
—No eres boba, eso pensé al principio pero ya me di cuenta de que estaba equivocado, perdóname y ya vamos…
—Está bien… —dijo sonriendo burlonamente.
Terminamos de comer y nos dirigimos a su casa. Unos metros antes de llegar me decidí a decirle unos palabras que jamás pensé decirle.
—Hicimos un buen trabajo, ¿No es así? —Exclamé por primera vez sin ser presuntuoso.
—Si muy bueno… me gustó mucho lo que logramos juntos. —me dijo sonriendo mientras subía el primer escalón de la puerta de su casa. — ¿Ves como el amor es poderoso?
— ¿El de la historia o este? —Dije acercándome lentamente a su rostro, observando sus labios. Por primera vez sentí el deseo de abrazarla y besarla con todas mis fuerzas, en todo ese tiempo juntos ella había logrado que sintiera algo que no quería sentir, al menos no por ella, pero la vida es así, nunca sabes de quién te puedes enamorar.
—Me refiero al de la historia… tontito— sonrió y en ese momento rápidamente me tomó por el cuello y me beso de una forma como nade lo había hecho… el beso duró 10 segundos pero a mí me pareció tan solo uno. Jamás una chica me había robado un beso así como así. Después de eso se metió enseguida a su casa y cerró la puerta demasiado rápido. Yo me quedé perplejo… tenía ganas de entrar a su casa y robarle un beso mucho más largo… sin embargo me contuve y regresé a mi casa riéndome de mí mismo, de que aquella chica “boba” me hubiese robado un beso a mí, el rompecorazones que no creía en el amor…


Continuará...

5 comentarios:

  1. Oh!! Que increible! Me encanto! :D camille se me hace una persona muy buena

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  2. OMG!!! MARAVILLOOOSOOOOO! Es que me fascinó!... creo que cada vez me vuelvo mas adicta a esta novela... C: la verdad me fascina. Sigue así porfavooor!

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  3. Lo ame! .. .. esta hermosa la historia!! awwww :3

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