Al otro lado de la luna

Al otro lado de la luna

jueves, 22 de diciembre de 2011

Capitulo 6 “La hora del adiós”


Esa noche no pude dormir. Me inquietó mucho ese beso y decidí que la iría a ver al otro día por la mañana, quería saber que era lo que había significado. La verdad era que estaba enamorándome de Camille tan rápidamente como jamás pensé hacerlo y no me importaba nada más, quería estar con ella sin duda alguna.
Al otro día por la mañana me senté en la puerta de su casa donde la había dejado un día antes. Me quedé sentado esperando a ver si salía, quería darle la sorpresa de que la estaba esperando allí mismo. Pasaron dos horas y yo a había perdido la esperanza de encontrarla así que iba a tocar el timbre, cuando escuché que la puerta se abrió y ella iba saliendo.
—Julian… ¿Qué haces aquí?
—Te esperé toda la noche… —sonreí orgulloso.
— ¡Eres un mentiroso! —Sonrió sabiendo perfectamente que no era cierto—No, en serio, ¿qué haces aquí afuera? ¿Por qué no tocaste?
—Quería darte una sorpresa…
— ¿Más de las que ya me has dado?
—Y las que te esperan… ¿Qué te parece si salimos hoy?
—Pero tendrías que regresar al rato porque tengo que arreglarme
—Así te vez muy bien… vamos ¿sí?
—Regresa a las 4 y si iré contigo.
—Está bien.
Y así fue como fui a mi casa y rogué porque pasara el tiempo rápidamente para ir por ella. Llegó esa hora y así fue como comenzaron muchas de nuestras citas, hasta que un mes después de aquel primer beso fue cuando comenzamos a ser novios, le pedí que lo fuéramos una tarde en la que estábamos sentados afuera de su casa, viendo el cielo, ese cielo que ella tanto amaba.
—¿Ves esa estrella brillante?
—¿Venus? —respondí presuntuosamente.
—Sí, Venus.
— ¿Qué pasa con ella?
—Es mi estrella favorita. Siempre regresa junto a la luna, no importa a donde vaya, si se separan algún tiempo, siempre vuelven a estar juntas… así concibo el amor.
— ¿Reencontrarse?
—Sí, el amor es algo más fuerte que la distancia o el tiempo, porque no importa cuán lejos o cuánto tiempo hayas estado separado de alguien, siempre habrá oportunidad de reencontrarte con esa persona a la que en verdad amas.
— ¿Sabes Camille? Siempre te admiré porque eres de las pocas chicas que conozco que en verdad creen en el amor, y estoy seguro de que a la única persona a la que le confiaría mi amor sería a alguien exactamente como tú. —La tomé de las manos y la miré a los ojos mientras ella me respondía de la misma forma, muy tierna, muy delicada.
—Nunca pensé que alguien como tú pudiera decir eso Julian… siempre pensé que tú también eras esa persona con la que quería descubrir que es el amor.
—Camille… ¿Quieres ser mi novia?
Increíblemente al pronunciar esas palabras me sentí como el más estúpido del mundo. Y no porque no estuviese sintiendo eso de la manera más profunda, no. Solamente por el hecho de que mi corazón latía a mil por hora y las manos me sudaban. Nunca había experimentado algo así y solo esperaba su respuesta ansiosamente.
—Sí, sí quiero. —dijo con una sonrisa e inmediatamente me abrazó y la abracé tan fuerte como pude. Nos besamos, ese fue nuestro primer beso real, mutuo y largo y de a partir de ese entonces no la solté durante dos años.
Fuimos muy felices, vaya que lo fuimos. Hasta que llegó el día de irme a la universidad. Después de 4 meses dejamos de vernos todos los días en el colegio y comenzamos a vernos una vez a la semana, y cuando podíamos, dos o tres veces pero nunca más de 3 horas. Sin embargo siempre estábamos comunicándonos ya sea por chat o por teléfono en las noches. Hablábamos hasta que alguno de los dos nos quedáramos dormidos y el día que nos veíamos era una emoción enorme cuando llegaba la hora de verla.
Hasta que el día que justamente cumplíamos dos años y ella estaba  apoco tiempo de pasar al último semestre de preparatoria y yo a 3er semestre de la carrera, me llegó una noticia terriblemente afortunada.
Yo estaba envolviendo el regalo de Camille cuando entró mi papá a mi habitación y se sentó en mi cama.
—Julian, ¿Qué estás haciendo hijo?
—Nada papá, envolviendo el regalo que le daré hoy a Camille, hoy cumplimos dos años de novios. Mi mamá me ayudo.
—Que bueno hijo… pero, ¿No has pensado en que ya estás a tiempo de irte de intercambio a otro país?
—Pues… si, me agrada la idea, pero creo que más adelante, ¿por qué?
—Hoy te llegó una notificación por parte de la universidad y a mí me llegó una copia, y por tu buen promedio te ofrecen una beca del 100% para irte a estudiar a Suiza, a una de las mejores universidades del mundo.
No lo podía creer. Debo de admitir que sentí mucha emoción, me sentí orgulloso de mí mismo y de lo que había logrado, pero, tendría que abandonar muchas cosas…
—No papá, no quiero.
—¿Por qué no? ¡Es una gran oportunidad, aprovéchala!
—No puedo tendría que dejarlos a ti y a mamá, mi casa, mis amigos, a…
—¿Camille?
—Si… a ella también.
—¿Y perderás la oportunidad más importante en tu vida solamente por una novia? —Dijo muy molesto— ¡Que no hubiera dado yo por una oportunidad como esta!
—No es solo por una novia papá, es por todo…
—Serán solamente 6 meses Julian. Obtendrás muchas experiencias y conocimientos y regresarás y nosotros, tus amigos, tu casa y tal vez Camille te sigamos esperando como siempre.
—No sé papá… no sé.
—Piénsalo y mañana me das la respuesta. El lunes quieren que mandes un oficio a la universidad para apartar tu lugar.
Me dirigí a la casa de Camille totalmente desanimado y confundido. Antes de eso estaba feliz y emocionado por qué ese sería un día especial, y vaya que lo fue, pero no de la manera como yo lo esperaba. Toqué el timbre y ella salió hermosamente arreglada me abrazó como siempre y esta vez la abracé más que de costumbre y ella pudo sentir que algo no estaba bien.
—¿Te pasa algo Julian? —preguntó preocupada.
—No, no me pasa nada Cami… es que estoy cansado.
—Te conozco, y sé que no estás bien. ¿Qué tienes?
—Camille… me están ofreciendo una beca en una de las mejores universidades del mundo en Suiza.
Se quedó callada agachó la cabeza. La cara le cambió totalmente y a pesar de eso trató de darme ánimos, completamente seria.
—Pues… está muy bien. Muchas felicidades Julian, te lo mereces, en verdad.
—Gracias… pero no me transmites mucha emoción que digamos…
—Sí, claro… lo que pasa es que, no sé me causó mucha sorpresa, no me lo esperaba hoy, pero sabes que yo te apoyo en todo lo que tú decidas.
—Y, ¿si yo decido no irme?
—Serías un estúpido. —dijo muy molesta.
—¿Qué? O sea… Camille, a mi me importas tú y lo que pienses tú y lo que sientas tú, ¿Y me sales con eso?
—Lo siento pero, es la verdad Julian. Tu y yo no vamos a estar juntos para siempre digo, estamos aún muy jóvenes, nos esperan muchas cosas por vivir… —guardó silencio—no vamos a renunciar a todo nuestro futuro solamente por alguien que te puede esperar los 6 meses que te vayas, ¿No es así?
—Eso es cierto, pero Camiile, ¡esperaba otra respuesta de ti!
— ¿Qué te dijera que no te fueras?
—Pues, algo así…
—No Julian, yo quiero lo mejor para ti y lo mejor es eso. No voy a ser egoísta contigo, quiero que seas feliz y que logres todos tus propósitos.
—Está bien… así será Camille. Muchas gracias por todo y aquí termina todo.
—Julian… no quise decir eso, ya te dije que yo puedo esperarte….
— ¡Pues no quiero que me esperes! Yo también quiero lo mejor para ti y no quiero que desperdicies el tiempo de esa forma, yo encontraré a alguien más y tú también.
— ¿En verdad eso piensas?
—Si vamos a ser tan racionales como tú lo acabas de ser, sí, eso pienso.
—Pues, está bien, quiero que me jures algo Julian…
—Dime.
—Júrame por mí misma que jamás, jamás en todo el tiempo en el que estés fuera me buscarás.
—¿Para qué quieres eso?
—Por que yo te juro que tampoco te buscaré. Si tú regresas y yo te recuerdo, está muy bien, y si cuando regreses aún me recuerdas, es que lo nuestro era real como tanto lo prometimos.
—Pues por mi parte te juro por ti que jamás te buscaré. No te preocupes…
Me di la media vuelta. Estaba furioso. Camille había querido parecer muy madura pero había hecho lo contrario. Luchó contra sus propios sentimientos lo sé, quizá por mi bien, pero nunca debió hacerlo, porque yo en ese momento la concebí como la persona más falsa que podría existir en todo el mundo.
—¡Julian! Espera...
—Tengo que irme Camille, ¡Ya basta! Deja de estar de infantil cambiando de opinión. Si ya dijiste algo se congruente con eso y punto.  Ya te juré que jamás te buscaré ni sabrás nada de mí, ahora déjame ir por favor.
Me fui sin mirar atrás. No supe que quería decirme. Me dejé llevar por la rabia que tenía por dentro. Ese mismo lunes mandé la carta a la universidad y emprendí mi viaje 2 semanas después. Estando ahí y terminando ese semestre, me ofrecieron que terminara la universidad en Suiza, y así fue. Jamás volví a pisar México hasta el día de hoy.
En la foto que tenía en mis manos observaba a la Camille risueña y graciosa que curiosamente ya casi no recordaba. Sentía que esa persona se había ido para no volver. Ni siquiera me había podido despedir bien de ella. Ahí tenía como 16 años, me estaba abrazando por el cuello y los dos sonreíamos felices, casi había olvidado que hasta un día antes de irme, lo habíamos sido.
Escuché pasos y volví a meter la fotografía en el cajón en el que la había encontrado.
—Hijo, ¿Quieres ir a comer fuera? —preguntó mi mamá.
—Si, a donde quieras mamá.
—Entonces baja ya para irnos con tu papá.
Llegamos a un centro comercial muy famoso en la ciudad, nos dirigíamos al área de restaurantes cuando encontré una tienda de discos y decidí entrar a ver cuales estaban allí de los grupos que antes me gustaban, cuando salí vi a mis papás a algunos metros detenidos, saludando a alguien, y me dirigí hacia ellos…

……………………………………..

Comencé a salir con mis amigas como hacía mucho tiempo no lo hacía. Y también después de mucho tiempo un chico me había invitado a salir y yo acepté. Luis me gustaba, y pensé también en comenzar algo nuevo con él. Un día mis amigas y yo habíamos quedado de vernos en un centro comercial con mis demás compañeros de la universidad en los que también Luis estaba incluido.
Yo tenía un presentimiento sobre aquella salida, pero nunca me imaginé que mi sorpresa sería aún más grande de lo que mi presentimiento me indicaba.
Estábamos mis amigas y yo caminando por el centro comercial esperando a que llegara la hora para reunirnos con mis amigos cuando me detuve a ver una blusa muy linda que vi en un aparador. De pronto volteé para alcanzarlas cuando me llamó la atención una pareja que estaba a pocos metros de mí pero se dirigían en sentido contrario al que yo iba, observé a la señora de la misma forma en la que ella me observaba a mí, fue cuando la reconocí y me detuve bruscamente.
— ¿Camille? —dijo la señora sorprendida.
— ¡Señora Paulina! —dije emocionada. Realmente me daba mucho gusto volver a ver a los papás de Julian, en esos años les tomé mucho cariño.
— ¡Milagro hija! ¡Qué gusto verte! —Me abrazó fuerte.
— ¡Camille, que gusto volver a verte! —Exclamó el papá de Julian dándome un abrazo también.
—Igualmente señor, ¡que sorpresa verlos después de tanto tiempo!
Mi corazón no dejaba de latir. Era lo más cerca que había estado de Julian desde hacía dos años, al menos de sus papás. Y me sentí feliz por eso, era revivir momentos que recordaba con mucha felicidad, sin embargo la emoción dejo de serlo pocos minutos después….
— Si hija, ¡qué bonita estás! ¿Cómo has estado? ¿Cómo están tus papás?
—Muy bien señora, muchas gracias. Yo estoy en la universidad…
Y en medio de la plática alguien se acercó a ellos y exclamo unas cuantas palabras. Sentí que me desmayaba, mientras el se dirigía a su mamá y no volteaba a verme rogué al cielo que no fuese quién yo pensaba. Mis ruegos se terminaron cuando él me dirigió la mirada…
—Mamá, préstame 200 pesos, me hacen falta para… —Y fue entonces cuando dirigió la mirada hacía la persona con la que estaban platicando sus papás, o sea, yo…


Continuará...

2 comentarios:

  1. Wooooow!... Este capítulo llegó tan luegoo! C: Me fascinó!.... la verdad es que admiro tu manera de relatarnos cada momento de esta historia, admiro la forma en que me haces caer dentro de la historia y sentir que soy un personaje mas... Te felicito y te doy las gracias por TODO! C:

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  2. Aaaaaaaaaaaa :D


    Me encanta me encantaa !

    Sos una GENIA, sabelo n.n

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